El equipo marplatense derrotó 88 a 82 a Instituto. El local salió mejor librado de la confusión que los árbitros, de mala tarea, armaron en el cuarto final. Con su cuarto triunfo al hilo, llegó a zona de play-offs por primera vez en mucho tiempo.
Por Sebastián Arana
Mientras Booker estuvo en cancha, jugó un poco mejor. Cuando lo perdió, todo pareció oscurecerse. Pero, en definitiva, salió mejor librado de un cuarto final fuera de cauce por expulsiones, técnicas y bajas, pleno de decisiones equivocadas de los jueces. Peñarol cortó la racha de Instituto y reafirmó la propia con su triunfo por 88 a 82 en una nueva fecha de la Liga Nacional de Básquetbol.
Instituto metió miedo con tres conversiones en otros tantos ataques iniciales. Pero paulatinamente el equipo local con su defensa lo fue limitando a lo que pudieran producir sus dos extranjeros -el tercero, John De Groat, otra vez fue baja por una distensión en la rodilla-, Rodney Green y Sam Clancy.
Un buen cuarto inicial de Figueroa, decidido para atacar el aro y forzar faltas, le permitió encaminarse a Peñarol. Pero el juego ofensivo del equipo recién fluyó a pleno en los minutos finales y a partir de la entrada al partido de Roy Booker. El nuevo extranjero aportó gol de tres puntos (dos en el cuarto inicial) y su picardía para pasar rápido y bien. Con él en cancha el volumen del juego creció, aparecieron espacios para tirar de tres puntos (5/10 en el cuarto inicial) y en un par de minutos la diferencia trepó a 25-16 a la hora de ir al descanso corto.
El segundo parcial fue de rachas. Booker anotó un triple más y Richotti decidió darle unos minutos de descanso. La ofensiva se paró y la defensa, como si fuera poco, perdió un pilar con la tercera falta de Diez.
Instituto, totalmente dependiente de Green (anotó 14 de los 17 puntos de su equipo en el parcial) aprovechó el pasaje de confusión para achicar. Richotti pidió minuto y mandó de nuevo a Booker al partido, quien le limpió la cancha a Giorgetti para dos buenos tiros. Peñarol, con un parcial 7-0, sacó la máxima luz (35-21) a falta de cuatro minutos y fracción.
Pero después se durmió y permitió que Green liderara otra ráfaga positiva (10-0) para poner a los suyos enseguida otra vez en partido. Peñarol, no obstante, arribó al descanso con una luz significativa: 42-33.
Las rachas volvieron a gobernar el tercer parcial. Peñarol, con Booker decidido a habilitar a Acuña (anotó nueve puntos en cinco minutos), sacó una renta importante de trece puntos (56-43). Sin embargo, el propio Acuña llegó a su cuarta falta, Giorgetti a la tercera, Booker descansó un poco más y el panorama volvió a oscurecerse. El equipo local perdió juego y capacidad defensiva. Green, imparable, anotó 9 puntos más, tuvo un poco más de compañía y los cordobeses entraron sólo 56-62 abajo al último cuarto.
Ese parcial fue un lío enorme. Los árbitros Smith y Dinamarca, dos de los que cobran faltas y se quedan mirando la expresión del jugador para bajarle una técnica, contribuyeron con lo suyo. Primero con la apresurada expulsión mutua de Booker y Green, a falta de ocho minutos, por un encontronazo más verbal que físico.
Pareció perder más Peñarol con la salida de un generador de juego que Instituto con la baja de su goleador. Los cordobeses siguieron con su escalada y llegaron a ponerse sendas veces a un punto.
Hasta que Clancy cortó un avance en contraataque de Barón. Era su cuarta falta, pero reaccionó con gestos a los insultos de un plateísta y le bajaron una técnica. Barón aprovechó dos de los tres libres y luego Torres, sin Clancy adelante, anotó cinco puntos en una ráfaga.
Así el equipo local sacó una ventaja de diez puntos (80-70) a falta de tres minutos y medio cuando no estaba en los planes. Pese a perder a Acuña también por faltas, con algún susto, la mantuvo. Con otro cierre importante de Reed, autor de 9 de sus 19 puntos en el cuarto final.
Del río revuelto de los diez finales, Peñarol sacó las mejores ganancias. Y, con su cuarto triunfo en fila, se metió por primera vez en mucho tiempo en zona de play-offs.